jueves, 18 de agosto de 2011

Bali & Lombok ( 2ª parte)

Ya convertidos en cuarteto, salimos pitando del aeropuerto de Bali dirección a Padang Bai, puerto de embarque hacia Lombok, donde  pasaremos las próximas dos semanas. Tenemos que renovar por segunda vez nuestra visa,  trámite que  se prolonga más de lo previsto al no querer someternos a la  mafia burocrática, en la oficina de inmigración pululan toda clase de bicharracos dispuestos a hincarle el diente al turista despistado. Puedes renovar tu visa en pocas horas dejándote sablear unos sesenta euros por cabeza, las hienas son fáciles de identificar pues  se te acercan cortésmente a ofrecer sus servicios, si aun tienes dudas el funcionario te señala  a su “colega” desde detrás del cristal, por el contrario si no quieres participar en el juego, sufres su chantaje y te hacen perder al mínimo tres días, no somos amigos de la corrupción y además ese dinero es  todo un capital en Indonesia así que optamos por lo segundo.
 Para renovar la visa se necesita además un “sponsor”, esto es un ciudadano indonesio que responda legalmente de tus actos o fechorías si las hubiese, nosotros  tenemos, unos chicos muy majos que conocimos en la playa de Selong Blanak nos ayudan desinteresadamente, pero no pertenecen a la mafia de la oficina de inmigración, así que nos putean con una y mil vueltas, que en otros expedientes mas engrasados pasan por alto. Después de dos días de mareo burocrático, al tercero pagamos las tasas legales correspondientes y ya solo nos queda pasar al cabo de cuatro días a recoger nuestro visado. Total, seis días de nada.
Una vez finalizado el vía crucis de inmigración, con coche alquilado y durante tres días visitamos rincones inexplorados del Sur de Lombok,  la isla Gili Asaham y toda la península del Suroeste. Resulta curioso conducir con el volante a la derecha y más en estas carreteras estrechas donde impera la ley del más fuerte, hay que ajustar  fino  y a veces salirse de la carretera.
Después de nuestro recorrido Sur, nos embarcamos a las Gilis, y pasamos unos días de hedonismo playero en Gili Trawangan, a Joe  y Vero les encanta el sitio, los tres días les resultan cortos, y prometen volver el año próximo a pasar el verano por la zona. La verdad es que es un buen sitio para veranear aunque los precios del alojamiento se disparen durante estas fechas, buena playa, buenos sitios para bucear, buena oferta gastronómica y buen ambiente. De aquí dejamos la playa y nos dirigimos a la montaña, Senaru un poco más al Norte, ya en las faldas del pico Rinjani y donde iniciaremos el trekking que durante tres días nos llevara a la cumbre del Rinjani.






Para hacer el trekking, aparte de pagar la entrada es obligatorio contratar un guía local, aunque la verdad es que imposible perderse porque al ser Agosto hay mucha gente y el camino está perfectamente delimitado. Negociamos una excursión con guía y porteadores, que se encargan de toda la logística, así que solo tenemos que cargar con nuestra pequeña mochila, agua y la cámara de fotos. El primer día ascendemos de Sembalun Lawang  a unos 900 m  hasta el campo base Pelangang I  que está a una cota de 2600m. En total poco más de seis horas, las últimas tres bastante duras. Al día siguiente hay que levantarse a las dos y media de la mañana para coronar la cumbre del Rinjani al amanecer, después de un te y unas galletas, a las tres de la mañana nos ponemos en ruta, el camino es muy difícil, formado por roca y ceniza volcánicas al que añadirle el plus de la pendiente resulta muy difícil avanzar. Perdemos a Joe con problemas gastrointestinales al poco de salir, y seguimos con nuestro guía caminando en mitad de la noche, al llegar a los últimos quinientos metros de subida el guía también dice que está enfermo, curiosa enfermedad que desapareció justo cuando bajamos, por lo que nos deja solos con nuestras linternas ante el muro final.

 En el último tramo tenemos que poner toda la carne en el asador, concentrarnos y recurrir a toda clase de auto motivación, resulta muy difícil avanzar porque aquí la pendiente es máxima  y por cada  treinta centímetros que avanzas el pie retrocede veinte. Al final lo conseguimos vemos la puesta de sol a tres mil y pico metros de altura y nos extasiamos con las vistas del lago, del cráter, de Bali, de Sumbawa, nos sentimos en la cima del mundo y compartimos nuestra dicha con otra quincena de extranjeros que llegaron a la cima ese día.
 Lo malo vino después, porque nada más llegar al campamento base, desayuno rápido y descendemos hasta el lago que está a dos mil metros, bajada supercomplicada que carga un poco más nuestras piernas, menos mal que nos escapamos media hora hasta unas fuentes termales cercanas y podemos relajarnos con un bañito de agua sulfurada, porque ya después de comer hay que ponerse otra vez en movimiento para ascender al otro lado de la caldera del volcán, donde pasaremos la segunda noche. La subida es otra vez muy empinada, aunque esta vez de roca,  más que caminar tenemos que trepar como lagartijas, subimos otra vez a dos mil setecientos metros y llegamos exhaustos al campamento Pelangan II, en  total fueron más más de nueve horas de pateada, la cima de nuestra carrera montañera y probablemente la última vez que hagamos una burrada similar. A las siete de la tarde ya estamos enroscados en los sacos porque la temperatura baja rápido y con determinación.
El tercer día ya solo nos queda bajar hasta Senaru, descender dos mil metros de cota en siete kilómetros. Una bajada muy dura que castiga aun más ya nuestras maltrechas piernas y que hace que durante los próximos tres días caminemos como Chiquito de La Calzada.
Después del trekking que a pesar de la dureza disfrutamos mucho por lo espectacular del paisaje, y que precisamente por esa dureza  quedará marcado para siempre en nuestra memoria,  volvemos rápido a Bali, para que Joe conozca Ubud y hacer unas compras en su bien provisto mercado de artesanía. Por  cierto llevamos meses preguntándonos porque hay tantos franceses en Bali y Lombok, una auténtica invasión.

El  día 9 de Agosto nuestros amigos se van, el tiempo ha pasado volando, como siempre inaprehensible y tanto más rápido cuanto mejor te lo pasas, han sido semanas de amistad y risas, de recordar anécdotas, ponernos al día de nuestra vida  y de la de los nuestros, nos sentimos un poco solos y realmente nos dan ganas de subirnos al avión de vuelta, pero como casi todos sabéis tenemos planes de pasarnos una temporada en Australia, le debo una visita a mi tío Vidal que vive aquí desde hace casi cincuenta años, así que si todo va bien, aprovecharemos la estancia para trabajar y estudiar, nos vemos por aquí.

1 comentario:

  1. Hola!!!!Por dónde andáis ahora??Al final no nos vimos en la Togean, aunque debo decir que tampoco os perdisteis gran cosa!!!Eran muy bonitas pero carísimas y llenas de gente!!Al tercer día salimos corriendo hacia Tanjung Karang. He visto que que también estuvisteis por allí, seguro que nos cruzamos!!! Nosotros seguimos en Indonesia, pero nos queda ya poquito!!Estuvimos por Flores y fue impresionante!!Lo que más nos ha gustado!!!Bueno chicos que os vaya muy bien y esperamos veros en algun rincón de este mundo.
    Ali y Parra
    A la vuelta de la esquina
    www.parrali.blogspot.com

    ResponderEliminar