jueves, 6 de enero de 2011

Tailandia


Llegar a Bangkok de Calcuta es como un viaje en el tiempo, de repente te pasan como casi dos siglos. Las carreteras perfectas formando scalextrics, coches nuevos, tráfico ordenado, a lo lejos se empiezan a divisar rascacielos dignos de Manhattan. Resulta chocante, después de la inmersión hindú volver al mundo en apariencia desarrollado. Nos pasamos los días flipando con la gastronomía thai, lo mejor de lo que queda de la esencia de este país, comiendo de todo en todos los lados.
Tailandia es una monarquía constitucional, cuyo rey  Bhumibol Adulyadej lleva reinando desde 1946, convirtiéndolo así en el monarca que más tiempo lleva en su cargo, también es el jefe de las fuerzas armadas y supremo defensor del budismo. La organización del estado es en teoría una democracia, siempre y cuando lo que se vote sea del gusto de la junta militar, sino puede pasar lo que pasó en 2006 donde los militares disolvieron los distintos poderes e impusieron la ley marcial y la censura de prensa. No en vano los militares tailandeses ostentan el record de golpes de estado en el siglo XX con diecinueve levantamientos.


Bangkok es una ciudad muy grande, moderna, con clima asfixiante y mucha contaminación,  para moverse lo mejor es coger un taxi-barco y desplazarse a lo largo del rio. Nosotros descubrimos por casualidad un punto de alquiler de bicicletas gratis y durante tres días nos dedicamos a pedalear entre los coches y a ver algunos de los monumentos más reseñables de la ciudad. Una de  de las cosas que más nos llama la atención es el amor de los ciudadanos a su rey, pues habiendo sido su cumpleaños el 5 de Diciembre, nosotros llegamos el 20, encontramos toda la ciudad engalanada con fotos del monarca.


Una de las visitas más interesantes fue al museo de arte contemporáneo y allí aparte de una exposición sobre los incidentes del pasado año ,nos encontramos con sendas exposiciones fotográficas reales, a destacar el montaje de la realizada para la exposición de SAR la princesa Sirivannavari Nariratana, que creo que es la nieta del rey en la que muestra su gusto por los cuerpos y lencería femenina, la otra eran unas fotos de dudoso valor artístico de los viajes reales obra de la hija del rey Princess Maha Chakri Sirindhorn. No está mal que el 50 % del museo este reservado para los talentos artísticos de los monarcas.





Celebramos la Nochebuena con un poco de aprensión por la lejanía de los seres queridos, así que decidimos darnos un pequeño homenaje y nos vamos a un restaurante a comer pescado y beber un poco de vino, el intento de salir un poco de fiesta acabó en fracaso por nuestro desconocimiento de  los locales y nuestra incapacidad de amoldarnos a la movida turística de Khao  San Road.




Decidimos ir  pasar el resto de la navidad a las islas y cometemos el error de elegir para ello Koh Phangang primero y luego Koh Tao, sitios que hace quince o veinte años deberían de ser auténticos paraísos por la belleza de su paisaje y por sus impresionantes playas, hoy por desgracia han urbanizado hasta la última esquina con bungalós y resorts para que los turistas, australianos, ingleses y nórdicos principalmente, vengan aquí a emborracharse y dar rienda suelta a los deseos de su bajo vientre. Intentamos abstraernos de la corriente mayoritaria y logramos a pesar de lo antes comentado disfrutar de las playas y otra vez de la gastronomía, especial mención para el mercado nocturno de Thong Sala. En Koh Tao, destino para bucear principalmente,  son impresionantes los fondos de coral que se pueden ver tan solo alejándote unos cien metros de la playa.





Otra vez los problemas de visado, esta vez de Bea que solo dispone de quince días nos llevan a Ranong, donde supuestamente con una salida del país a una isla birmana debería de disponer de quince días más, una vez en la oficina de inmigración nos dicen que solo pagando 2000 baths le hacen una extensión de visado de seis días, estando en el Sur y con intención de permanecer una semana en las islas del Mar de Andamán, lo cual trastoca todos nuestros planes, así que nos ponemos en ruta  hacia Bangkok para luego posiblemente visitar Camboya, en un intento de recuperar la esencia de viajar.





2 comentarios:

  1. ¡Ah, Tailandia! Bhumibol Adulyadej, o Rama IX, no solo es el monarca que lleva más tiempo en activo, sino el jefe de estado que más tiempo lleva en el cargo de todo el planeta. Una propaganda que deja a la española a la altura de las suelas, unas severas leyes de lesa majestad y otros condicionantes demasiado largos de exponer aquí lo permiten.

    Rober, confiesa: ¿en algún momento en Bangkok te dijeron que donde ibas estaba cerrado y te propusieron a cambio una ruta alternativa? De ser así... ¿les hiciste caso? En caso de doble afirmación, te engañaron.

    Por otra parte ¿fuiste a ver los espectáculos de ping-pong? (¡ping-pong! ¡tuk-tuk!). A Patri y a mi nos parecieron interesantísimos y asistimos a unos cuantos.

    Khao San mismo es horrible, un sitio a evitar. Para salir por la noche hay bastantes bares y discotecas en la Soi 11 de la Avenida Sukhumvit. Patri y yo estuvimos en el inefable Bed Superclub y otro de cuyo nombre no me acuerdo. Mucho rollo expatriado, eso sí, pero hay que tener en cuenta que era día de semana.

    ¿Cómo se come que Bea tuviera menos visa que tú? ¿Es por ser mujer o por ser polaca?

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  2. Querido Ivan, gracias de nuevo por dar lustre con tus comentarios a este modesto blog. Un par de matizaciones: coincido en que Kao San Road no es el lugas más fascinante de Bangkok, pero a ver donde encuentras uno con mejor calidad-precio. No olvides que viajamos con mochila y no como tú que lo haces con maleta de ruedas y con los bolsos llenos de petrodolares.Lo del ping-pong no dudo de que fuera un auténtico espectáculo y la verdad nos engañó ningún conductor de tuk-tuk porque viajamos en autobús. Los taxistas están en la lista negra desde hace tiempo.

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